La vida punkera comenzó sin aviso, una noche, en un parkin', en la casa de Paco. Un día sin plan pero lleno de suerte, sin darnos cuenta. Uno, dos, tres acordes.
Bulla relajo y una meta en común, quedarnos despiertos. Empezaba a sonar algo que cuajó. Y yo ahí de testigo. Sin culpas, sin pretensiones. Surgió, como el aire, se volvió ruido y luego el ruido se volvió música.
2017 Cambio de temporada
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