En “Cambio de Temporada” Gabriela Esplá explora y sintetiza la antropología emocional que radica en la idea kantiana de lo que representamos, y lo convierte en una selva pictórica de desvanecimientos y reflexiones de búsqueda. Se vacía el ego para así abrazar el caos perfecto y las experiencias externas que nos hacen sentir el Mundo y comprender que la naturaleza no es amable. Lo innombrable toma primer plano. La autología se invierte y sumerge en onirismo, apoyando “ser y estar” en un realismo mágico que toma pie en la cromática, en lo sensitivo.
Más que un recorrido de color, Esplá se confiesa en una traslación cuyos ejes posan su mirada en lo que no se ve, en la melancolía de las despedidas y en lo platónico de lo que añora. Pintar en ser, pintar una relación y lo que se vivió.
Sus concepciones son una suerte que oscila entre una magnitud infinita – lo pasional – y una magnitud mínima – lo físico, la ciudadela, nuestro entorno.
La reconciliación con la autocensura; la pasividad de la agresividad. Todos temas que conforman esta “isla al revés” que ignoramos y que peyorativamente llamamos “Yo Soy Ahora”. Lo conflictivo de lo que somos, y que a talones sumergidos explica el origen de lo real.
Mauricio HerreraBarría